La incidencia política es una función fundamental de la CME para promover y defender el derecho humano a la educación. Se trata de un proceso político que implica enfoques estratégicos diferenciados, cuyo objetivo es fortalecer el movimiento y acabar con la exclusión en la educación, aportando así una transformación y un cambio duradero.

La incidencia política de la CME se basa en evidencias, inspiradas en su Constitución, Estatutos, resoluciones políticas, informes e investigaciones. Este proceso implica llevar a cabo una acción integral en múltiples niveles, a través de una serie de actividades, con diversas partes interesadas, con el fin de ceder influencia política, buscar el diálogo, persuadir y, por lo tanto, influir en las decisiones para hacer frente a: las tendencias regresivas de la financiación nacional e internacional de la educación, la privatización, los puntos de vista reduccionistas sobre el desarrollo del currículo y las barreras que afectan a la población discriminada.